Por los eneros sórdidos
Alexis Soto Ramírez
Esta entrega poética del destacado poeta cubano podría denominarse, con justa razón, banquete barroco porque incorpora todos los elementos propios de esta estética y manera de entender la existencia humana: los espejos, lo grotesco, el humor, la sensualidad, la muerte, la crisis existencial, la exuberancia, la conciencia y la reflexividad del lenguaje y del arte. El ser barroco es una manera exuberante de vivir: “la desmesura deviene lo grotesco / el caracol se enamora de sí mismo y perece / sin salir jamás de su casa / los griegos conocían los peligros de la hybris” (“lo grotesco” 66). Como ha señalado José Antonio Michelena Gutiérrez en su espléndido prólogo, su poesía está emparentada con el grupo Orígenes de Lezama Lima. Así, el diálogo con la tradición literaria barroca caribeña es evidente, incluso el último poema del libro (“me vi cayendo de manteles”) incorpora un epígrafe del autor de Paradiso (1966), de su famoso poema sobre la muerte y la divinidad, “Una oscura pradera me convida”. Con suma sutileza y sensualidad la voz poética de “me vi cayendo de manteles” se entrega en ese viaje final, que también es una experiencia del lenguaje poético y del sentir barroco: “me vi cayendo de manteles / con las manos atadas a lo oscuro / sin remordimiento ni gozo / ni destello / nadie invitó a la enredadera / salvaje girasol mi cuello / y mis espaldas flagelando” (“me vi cayendo de manteles” 98). Al mismo tiempo no hay que ser o sentirse erudito para entender esta poética como barroca. El barroco, su lenguaje y su trasgresión existencial liberadora, como bien lo han comentado y experimentado grandes escritores como Severo Sarduy, Guillermo Cabrera Infante y Reinaldo Arenas, es algo consustancial al ADN caribeño y específicamente cubano. El lector encontrará en este poemario un festín, un deleite a los sentidos, una fiesta del lenguaje: “la zarpa del tigre su aliento halógeno / piedra o hueso lunar sembrados en lo ignoto / la correspondencia de la sal acumulada / los espantosos meandros de la miseria” (“la paloma” 70). |
La voz poética elabora con minuciosidad un mundo hecho de lenguaje, donde también hay espacio para la crítica social, para reír, para desnudarse, para comer, para sentir y para dejarse poseer por una existencia que abruma y seduce: “goyesco aliento como de pájaros el aire / no de silicato / sino de lentos sinsabores / como regresa al acordeón / una y otra vez el mismo aire / así culmina cada rostro su exterminio (“como de pájaros el aire” 32).
¿Por qué el barroco? porque el barroco es la muerte y la vida en el lenguaje, porque el barroco es el dolor y la alegría de la carne y todo eso es la poesía de Alexis Soto Ramírez, quien tuvo que atravesar la muerte de la balsa en el mar, huyendo de la tiranía para encontrar la libertad en otras tierras.
¿Por qué el barroco? porque el barroco es la muerte y la vida en el lenguaje, porque el barroco es el dolor y la alegría de la carne y todo eso es la poesía de Alexis Soto Ramírez, quien tuvo que atravesar la muerte de la balsa en el mar, huyendo de la tiranía para encontrar la libertad en otras tierras.
Alexis Soto Ramírez (La Habana, Cuba, 1967). Ha publicado: Estados de calma (Ediciones Extramuros, 1993), Turbios celajes intrincados (Ediciones Lenguaraz, 2016), Oscuro impostergable o la circunstancia de la hormiga (Ediciones Lenguaraz, 2016), La moda albana (Ediciones Lenguaraz, 2019) y Por los eneros sórdidos (Ediciones La Mirada, 2021). Reside en Ojochal, Costa Rica.
Por los eneros sórdidos (2021) es una publicación de Ediciones La Mirada. Haz clic aquí para comprar.
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